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~ La Luz del Alma ~


Hijas de la Luna, escuchad a vuestro útero pues contiene las aguas sagradas del universo. Benditas sois con vuestras mareas y oleajes, benditas sois con vuestra vulnerabilidad y coraje. No dejéis que el Sol os eclipse, es vuestro mejor aliado, el opuesto complementario que destacará vuestras pasiones y hará roer vuestros salvajes deseos. La luz del Sol ilumina vuestras sombras. La luz de la luna ilumina vuestros poderes más ocultos, el misticismo escondido entre fluidos y ecos que hibernan en vuestras entrañas y encuentran su salida entre las fisuras de la cueva que sabe cuándo tomar la dirección en la acción.

Escuchad a vuestro cuerpo, conectad con vuestros ciclos, pues igual que la Luna y el Sol se conocen, se respetan y danzan cada uno a su tiempo y condición, vosotras conocéis vuestra necesidad. Respeta esa voz que te invita a meditar, a estar en ti, a cuidarte y dedicarte. Respeta esa voz que te invita a salir, a florecer, a compartirte y a nutrir como ya tú te nutriste. Escucha esa voz que se expresa no solo a través de tu voz, mas a través de tus actos en contacto. Obsérvate antes de observar, luego observa y más inspiración encontrarás. Pero recuerda, la Luna no compite con el Sol, pues se sabe luna y no Sol. Conoce sus tiempos y su permeabilidad, a veces se muestra llena de luz y gracia, a veces se esconde en la noche para llevar toda su luz hacia su interior… El Sol admira a la luna, la adora, la bendice, la ayuda a brillar en la oscuridad; sin embargo no pretende ser como ella, pues se sabe Sol y no Luna. La Luna admira el poder y la fuerza del Sol, mas sabe que lo que ve en el Sol es un reflejo de su interior, expresándose en otra condición.

Todos tenemos nuestra propia condición. Cada Ser escogió su género en esta realidad terrenal. Todos los Seres Humanos tenemos una Luna y un Sol que habita en nuestro interior. La magia está en danzar con ellos y no pretender equilibrarlos y equipararlos, pues a veces uno se siente más Luna y a veces más Sol. Sí, a veces se funden eclipsados pero siempre regresan a su naturaleza esencial, recordándose en esa danza que todo está bien, siempre que recuerden de la presencia del uno y del otro por más lejos que a veces estén. En ocasiones la magia del cielo nos muestra el brillo de la Luna y del Sol en una misma visión, pues cierto es que aunque una aparezca a nuestros ojos y el otro desaparezca, siempre están presentes en el invisible mundo que todo lo Es, todo lo Crea y todo lo Contiene.

Consciencia Crística se os pide, pues si no integramos la dualidad no podremos vibrar el Amor que tanto predicamos y anhelamos. No te presiones, a veces hay nubes y no vemos ni la Luna ni el Sol; a veces el Arcoiris nos recuerda la fantasía y el poder de la cocreación; a veces cerramos los ojos y en el silencio y la inmensidad recordamos la prEsencia de Dios.


Miriam ~ Magdalena.

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